En el pequeño pueblo de Ameixenda (La Coruña) no hace falta salir de casa para oír misa, pues el párroco ha decidido que sus oraciones se escuchen a través de una potente megafonía instalada en el campanario de la iglesia.
La iniciativa de Don Andrés, popularmente conocido en la zona por su dinamismo, cuenta con más partidarios que detractores y surgió meses atrás a raíz de la petición de varios enfermos, cuyas dolencias les impiden asistir a los actos religiosos.
El cura explicó a Efe que optó entonces por «complacerles», pese a albergar «reparos» porque sabe que a algunos vecinos de este pueblo no les agrada que el oficio religioso les despierte o acompañe su aperitivo.
La misa por megafonía, a través de potentes altavoces colocados en los cuatro costados de la torre del campanario, se emite los domingos de verano, a las diez y media de la mañana, mientras que en invierno se retrasa a las once. Además de ese acto litúrgico, los parroquianos se ven obligados a escuchar las misas, quieran o no, con motivo de los festivos del Apóstol, el Santísimo y la Inmaculada, entre otras fiestas patronales.
Por si fuera poco, las campanadas también resuenan por megafonía cada treinta minutos desde las ocho de la mañana para recordar a los vecinos la hora.
Una alegría que esté todo el santo día la campanita dando la hora, ¿habrá mucha gente de la que trabaje de noche como yo que se sienta con mala "osti.." al escuchar las campanadas?
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