Le dolía la cabeza y fue a un hospital de Oregón... Allí le hicieron una radiografía y descubrieron que tenía doce clavos incrustados en la cabeza. Tras extraerlos, el hombre reconoció que había intentado suicidarse con una pistola de bricolage. El suicida se encuentra fuera de peligro.El hombre, de 33 años, acudió a una primera consulta de urgencias en un hospital de Oregón. A simple vista no le detectaron nada y no le dieron mayor importancia. La sorpresa vino un día después cuando decide regresar al centro médico y le hacen una radiografía.Es entonces cuando los médicos ven que los dolores de cabeza se deben a que tiene alojados en la cabeza doce clavos de cinco centímetros cada uno. Seis de ellos estaban entre su ojo derecho y el oído, dos detrás de su oreja derecha y cuatro clavos más en el lado izquierdo de su cabeza. Milagrosamente, ninguno de los clavos dañaron al cerebro.
Cuando se le preguntó de dónde provenían, el hombre aseguró que había tenido un accidente con una pistola de bricolaje. Tras la operación, confesó que había intentado suicidarse mediante este extraño mecanismo. El caso ha sido publicado en una revista científica porque, aunque resulte difícil de creer, el hombre ha sobrevivido y no tiene secuelas.Al suicida lo trasladaron a una unidad psiquiátrica de la que salio en contra de la voluntad de los medicos.
Ozú como está la gente
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