23 febrero 2006

La Vuelta de un super Superman.


Los productores de "Superman returns" se plantean usar efectos digitales para disimular los atributos sexuales del protagonista

-Han tardado once años en encontrar al hombre perfecto para encarnar a
Superman.
O casi. Porque el actor Brandon Rough, seleccionado para encarnar al Hombre de Acero, tampoco acaba de ajustarse a lo que los productores de "Superman returns" buscaban. Bueno, para ser precisos, el problema es que se ajusta demasiado al traje, o viceversa.
El caso es que el atlético Brandon llena demasiado las mallas, concretamente la zona del calzón, y dota a la estampa del superhéroe de unos volúmenes tan exagerados, según los ejecutivos de la película, que podrían distraer la atención de los espectadores. Así que, para adecuar el perfil del bueno de Brandon a cánones más púdicos, han exigido a los productores del filme que recurran a la tecnología digital si es necesario para aligerarle el lastre al héroe volador.
«Es un asunto muy delicado para el estudio. Brandon está muy bien dotado y los ejecutivos no quieren que se vea en la pantalla. Podríamos vernos obligados a borrar su "paquete" con efectos digitales», ha asegurado al diario británico The Sun una fuente cercana al rodaje.
El traje que lucirá Brandon ha sido creado por ordenador, de modo que se ajusta al milímetro su imponente anatomía, por lo que el actor, un joven de Iowa de 26 años que hasta ahora sólo ha aparecido esporádicamente en series televisivas, no puede ni engordar ni adelgazar un gramo. Esta cuestión parece tenerla controlada -sus compañeros de rodaje le describen como un chico muy disciplinado y que nunca se queja de nada-, pero, claro, lo de sus superatributos es otro cantar. No se rebajan a base de dieta.
Aspectos del traje
Así que este asunto ha traído de cabeza a la diseñadora de vestuario del filme, Louis Migenbach. «Hubo más discusiones sobre el paquete del nuevo Superman que sobre cualquier otro aspecto del traje. Fue una locura», dice entre risas.
Después de trabajar un mes realizando coquillas de varias formas y tallas -quizá hubiesen tenido que hacer una de criptonita, porque sólo este mineral puede frenar la pujanza del héroe- se dieron por satisfechos.
Tras escrutar detenidamente cómo le sentaban a Rough los distintos modelos, optaron por uno que disimulaba su enorme tren de aterrizaje sin hacerle parecer un eunuco. «No es grande -dictaminó la responsable de vestuario-. Los padres pueden estar tranquilos. Los niños de diez años podrán ver la película».
Pero la última palabra, como es habitual, la tendrán quienes ponen el dinero. Si no le dan el visto bueno a los atributos, al actor Brandon Rough no habrá quien le salve de la mutilación digital.

1 comentario:

Martín Carmona dijo...

A lo mejor es que en vez de llevar un paquete llevaba el furgon de seur